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La compleja situación ambiental que se vive hoy en el mundo, así como el importante papel que pueden desempeñar los niños y los jóvenes en el logro de acciones constructivas hacia el futuro, fundamenta la necesidad de articular procesos activos que conduzcan a la formación para la acción, de grupos juveniles ambientalistas.

Dada la actual situación que se vive en los centros urbanos y rurales, donde predominan situaciones de conflicto social y problemas complejos referentes a las relaciones entre la sociedad y la naturaleza, los niños y los jóvenes representan uno de los sectores sociales más afectados.

La pobreza, la violencia y el deterioro ambiental se conjugan para que el espíritu altruista de los jóvenes, su impulso natural por una vida mejor y por la justicia se vean frenados ante realidades negativas, confusas y vacías de oportunidades.En este sentido, la formación de los jóvenes en la comprensión de las relaciones entre la sociedad y la naturaleza, su acercamiento a las posibles soluciones de los graves problemas ambientales que aquejan hoy a todos los grupos humanos, ya sea en el ámbito urbano o rural, se constituye en un mecanismo trascendental para ampliar las posibilidades de la población joven, dándoles una vía de superación y una opción constructiva para apoyar a sus comunidades.

Se requiere un apoyo definido y continuado, para lograr que los jóvenes alcancen una buena comprensión en el tema y estén en condiciones de contribuir efectivamente a la solución de los problemas.La posibilidad de formación ambiental, a través de la creación de grupos ambientalistas juveniles, abre a los jóvenes una nueva vía de pensamiento y de acción, produce, entre otros, efectos preventivos.

Consecuentemente, es preciso contribuir al desarrollo de actitudes positivas y constructivas, hacia el cuidado ambiental y el mejoramiento de la calidad de vida, en un marco de desarrollo sostenible a escala humana, en un amplio grupo de jóvenes líderes, cuya capacidad de acción tenga el respaldo de docentes y de la comunidad en que viven. El trabajo hacia la creación de estos grupos forma parte de un conjunto de propósitos movilizadores para la juventud.

Los Parlamentos Estudiantiles ambientales, contemplados en la normativa provincial como un mecanismo de participación ciudadana constituyen una experiencia interesante que vincula a los jóvenes con la sociedad, su ambiente, con sus dirigentes. Les permite desarrollar proyectos y gestionarlos en los gobiernos locales.