Gabriel Reches

(Buenos Aires, 1968)

 Es escritor y creativo audiovisual. Publicó Gomez (Araucaria, 1997), el resto (Siesta, 2000), Strip (Bajo la Luna, 2001), Hamster en la rueda (Ediciones Obsoletas, 2002), La Evolución (Siesta, 2005), 6 Series (VOX, 2008), Es el fin del mundo, tía Berta (Bajo la Luna, 2013), Sequía (poemas encriptados en los discursos de Mauricio Macri; Vos Tampoco Vas a Ser Feliz, 2016), El año del fantasma (Bajo la Luna, 2021), Falta un motivo (Salta el Pez, 2022) y El realismo de la percepción (Salta el Pez, 2025), entre otros. Sus obras fueron incluidas en diversas antologías de poesía argentina e hispanoamericana. Se desempeña como Jefe de Trabajos Prácticos de Poesía II en la UNA. Es responsable de la columna de poesía del programa radial ¿Y si sale bien? (AM 530, Radio de las Madres). Coordina el Taller Virtual de Poemas de la Dirección Provincial de Promoción de la Lectura de la Provincia de Buenos Aires.

poemas

SEGUNDO MARTES DE ABRIL. 18.20

El tanque de reserva titila hace tres días.

Hemos de llegar, dirá la combustión,

chicas, a los rituales de la tarde.

 

Hiena revolcada en restos

solo reconoce mi voz.

Hiena vení. Hiena dejá. Basta.

 

Con el sol detrás y débil

Senadora orbita hasta que el corazón

le estalla. Cuánto.

Cuánto Senadora. Cuánto más.

 

Kira palpita el temor original

a que jamás acaricien sus claritos

a lo Rod Stewart. Kira. No te preocupes.

Eres muy sexy. No pasa más.

 

Lleno de materia en desuso

a su pesar, este sedán nos lleva

de vuelta a casa, impulsados

a fuerza de nuestros alientos

regamos algunos dilemas

que ya germinan.

 

 

Poemas de Las perras del panteísta. Inédito.

ASIMETRÍA

Me preguntó qué sienten los árboles

en el minuto de la escarcha.

Nadie pregunta

qué siente la escarcha

a la hora de los árboles.

 

Por qué el rocío

condensa en gotas

sobre los alambrados

por qué podés llevar

una gota entre los dedos

durante la mañana.

 

Esto podría aproximarse o no

a los motivos que me ubican

frente una olla que hierve hace tres generaciones.

 

Buenas noches olla,

soy una superficie fría

si encontrara en vos o en mí valor

nos uniría.

LA VENTANA

Anoche soñé a Dios.

Era un viento que entró por la ventana

agitó los postigos

movió algunos papeles

abnegación de un comando policial

cuando allana el escondiste

de su izquierdista predilecto

el gusto de inmiscuirse

detrás de una señal

la intimidad del enemigo.

Así entró Dios, anoche.

Lo soñé como a Hiena

que activada por sobras

en la torpeza mueve el tacho

alerta a quienes pueden reprenderla.

O era un viejo, tu Dios, mortificado

el insomnio, la próstata, imposible

anular la parábola, el sonido

supo siempre Dios, que los demás

igual ni se percatan

de la presencia.

En el sueño de Dios

Dios no me nombraba.

Anoche soñé a Dios.

Era un viento que entró

por la ventana y yo era apenas

la ventana que él abría.

LA PARTITURA ESTÁ SIENDO ESCRITA

Indicio de sol en los alambres, secretos

de un farol a pleno día encendido

Nadie repare en el suceso:

la partitura está siendo escrita

de eso ignora la venta de tickets

a la casa vacía, que nadie silencia

arritmia de una quinceañera cuando huele

signos tempranos del cuerpo de su madre.

No. La partitura aquí

está siendo escrita con rigor

de cualquier manera. Cotorras

teros, viento, polillas, cavidad occipital

del desierto, hoja de eucalipto al caer

sobre hojas de eucalipto

al margen de lo que importa

Hiena, Senadora, Kira

a la sombra de notables acontecimientos

culturales o ministros de carambola, aquí

chicas mientras, siendo escrita, la partitura chancletea

gracias al, por culpa de

la partitura. Y agradezca la polvareda que arremolina

por encima de las copas de los árboles del fondo

de esta pampa, el horizonte crepuscular

agradezca que ahora mismo

cada filamento es signo

viento de la sequía, de algo más

y aún resta tiempo:

línea recta de gusanotes

reciban primeras solicitudes

de este, nuevo centro autoral.

Hoy los murciélagos adolescentes no emiten señal.

Hoy cualquier mujer de edad mediana

lee su tensiómetro en jasídico

alguien andará extraviado

en el ascensor, o bien se enamora

del bolso de su acupunturista.

Duerme Kira, muta Hiena tiembla Senadora

irradia en ustedes la exhalación árida

cada cosa en nuestro mundo

obedece estrictamente a los designios

de la gran partitura

que aún no se escribió.

PASADO RECIENTE

Desde el centro del arroyo hacia dos márgenes

ondas del agua; unas te cubren

los pies, merecidamente desnudos

sobre el muelle.

 

 Alguna vez la piel va a secarse

De aquella lancha que pasó vacía

nada queda salvo el surco.

 

Qué nos mueve finalmente

sino algo que fue.

 

 

Poemas de Las perras del panteísta. Inédito.