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Patrimonio arquitectónico


Forman parte del patrimonio arquitectónico los bienes inmuebles que cada generación crea o recibe de las anteriores, que poseen valores culturales singulares que sean necesarios transmitir en el ámbito provincial.

Su reconocimiento y categorización debe facilitar la comprensión de sus límites, lectura, comparación, características y elaboración de registros que permitan establecer prioridades y normas de protección oficiales. Una primera clasificación puede agrupar bienes que no son trasladables como lo son: el patrimonio arquitectónico, el patrimonio natural, el patrimonio arqueológico, el patrimonio subacuático, el patrimonio Industrial, los monumentos, sitios, lugares o poblados históricos, los Itinerarios, las áreas, o zonas históricas.

Los bienes inmuebles incluyen obras arquitectónicas, de ingeniería civil, monumentos, conjuntos, complejos industriales, grupos escultóricos, murales, parques, jardines, sitios o lugares históricos, espacios públicos, zonas arqueológicas, poblados, áreas urbanas, estancias, sepulcros, paisajes o itinerarios de interés histórico-artístico, científico o ambiental que caracterizan lo urbano y lo rural.

Son obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza, cuya unidad e integración con el paisaje se distingue, incluido el entorno natural, como lo son las infraestructuras portuarias, ferroviarias, productivas, institucionales que pertenezcan a fases económicas importantes en la configuración del territorio provincial y tengan un valor trascendental desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.

Se integran también los bienes muebles asociados a los bienes inmuebles: objetos histórico-artísticos, colecciones, fondos documentales, equipamiento interior o exterior, objetos arqueológicos y manifestaciones intangibles relacionadas. Podemos distinguir los bienes muebles porque si son trasladables.

Estos bienes culturales incluyen: obras de arte, objetos de interés artístico-histórico-arqueológico, mobiliario urbano, mobiliario interior, expresiones y manifestaciones culturales inmateriales como danza, música, ceremonias, deportes, ritos, mitos, etc. Resultan ser valiosos testimonios porque ilustran el desarrollo social, cultural y económico de una comunidad, su pasado religioso, educacional, literario, musical y artístico.