En la oportunidad, Perotti destacó “el orgullo de recordar esa epopeya. Además, hace 50 años atrás aparecía algo muy bueno, que es el rol de las mujeres en el automovilismo, que estuvieron a la par trabajando día a día con cada uno de los directivos”.
“Esa dirigencia se ganó el respeto de todo el automovilismo nacional e internacional, marcó la consideración de la dirigencia de otras entidades deportivas. Creo que ese es el activo más fuerte a renovar todos los días”, añadió el titular de la Casa Gris.
“Es el automovilismo el que empezó a llevar el nombre de Rafaela a todo el país y es el automovilismo el que la internacionalizó. Esto es nuestro orgullo y el compromiso de mantener firmes y muy altas esas banderas. Hace 50 años atrás, en esta ciudad del interior, con otros medios de comunicación, con otras posibilidades de servicio, sin hotelería, hubo un compromiso que cohesionó y que movilizó a toda una comunidad. Las cosas se hicieron porque había detrás de eso una férrea voluntad de llevar adelante ese compromiso y ese desafío”, agregó Perotti.
“Ojalá eso nos acompañe siempre y podamos contagiar a cada uno de los nuestros. Ojalá lo podamos transmitir a toda la provincia y a todo el país, porque estoy convencido que esa actitud y ese compromiso es lo que necesitamos todos hoy”, concluyó el gobernador.
PRESENTES
Participaron de la actividad el intendente de Rafaela, Luis Castellano; el senador nacional Roberto Mirabella; el senador por el departamento Castellano, Alcides Calvo; el presidente del Club Atlético Rafaela, Silvio Fontanini, entre otras autoridades.
HISTORIA
En 1971 el óvalo de Rafaela fue escenario de un hecho histórico: por primera y única vez fue desarrollada una competencia de las "300 Millas de Indy", convirtiéndose en un suceso en la historia de la ciudad y la región. Ese día se estableció el récord absoluto de velocidad del circuito, siendo esta marca un récord difícil de quebrar durante muchos años.
Se vendieron casi 40 mil entradas, y en esa época, la ciudad de Rafaela tenía 45.000 habitantes. Para albergar al público se armaron tribunas tubulares que se sumaron a la existente de cemento. Como colapsó la capacidad hotelera de la ciudad, se construyeron varios bungalows de material en el interior del circuito.