Resumen

El Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe, centra su proyecto pedagógico en una reformulación de la concepción de aprendizaje y conocimiento.
Trabajar desde una mirada compleja donde la experiencia social, las percepciones subjetivas y el conocimiento que porta nuestra cultura, se integren e interactúen en una construcción de sentidos que dé cabida y futuro a todos los santafesinos y santafesinas.

Esta decisión constituye un posicionamiento pedagógico enmarcado en la propuesta de cambio del Gobierno de la Provincia de Santa Fe, que entiende a la educación como potente movimiento hacia nuevos modos de hacer y por ende, de conocer la realidad para transformarla.

Un movimiento hacia una ética y una estética de la enseñanza, que parte de concebir el aprendizaje como acción que se produce en y desde la acción y todas las representaciones y reflexiones que ésta genera y donde se concibe a todos y todas como protagonistas en la tarea de enseñar y aprender.

Como toda dinámica, esta praxis involucra, compromete, dispara líneas de fuga que se conectan con otras en una trama infinita de asociaciones y significaciones múltiples para crear nuevos sentidos donde el cuerpo en todas sus dimensiones (sensorial, perceptivo, afectivo, emocional, intelectual, social...) actúa en permanente aprendizaje y enseñanza, transformando y transformándose desde diversos lenguajes.

Avanzar sobre este concepto acerca de educación, demanda una reforma profunda del pensamiento y de los modos de hacer, y un cambio de la propia organización educativa tendiente a vincular a los diferentes estamentos.

Se trata de superar la lógica de la fragmentación que obtura toda construcción de sentido y pertenencia, y provocar espacios comunes de hacer, pensar y aprender juntos colocando a la educación como valor y derecho inalienable.

Asumiendo que la problemática social atraviesa la escuela y se hace presente a través de sus miembros (los que traen consigo posibilidades y limitaciones propias y del contexto), se trabaja sobre el impacto de esta problemática en la vida institucional y en el espacio que habitan.

Se trata en suma, de hacer realidad al SISTEMA EDUCATIVO como SISTEMA; con todas sus posibilidades de educar; de construir sentido y de provocar en la sociedad nuevas significaciones; de abrir, conectar, y fortalecer todo aquello que hoy existe como capacidades, voluntades e inteligencias detrás del valor que nuestra sociedad aún le reconoce a la escuela y espera de ella; promoviendo un movimiento que vuelva a enlazar escuela y sociedad en un vínculo de esperanza y emoción que nunca sucumbió del todo.

Poner en juego el cuerpo, la palabra, las emociones, intentando la revisión de algunas matrices, aprovechando al juego como lenguaje de interacción social, como una herramienta potente e inmejorable para habilitar procesos de cambio, actuando sobre quien juega, muchas veces con tal sutileza y -hasta podríamos decir- grado de inconsciencia, que resulta de enorme incidencia.

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