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Se invertirán $ 450 millones en el aeropuerto de Rosario que sumará una moderna terminal

Estará destinada a vuelos internacionales, mientras que la actual quedará para vuelos domésticos. Lo anunció el gobernador Miguel Lifschitz en el marco de un importante plan de obras.

Imagen de la futura terminal

El gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, presentó este lunes en Rosario el Plan Integral de Infraestructura para ampliar y mejorar la capacidad operativa del Aeropuerto Internacional de Rosario “Islas Malvinas”, que incluye una nueva terminal para vuelos internacionales y conexión vial con la autopista a Córdoba y la autopista a Santa Fe, entre otras obras, por un monto total de 450 millones de pesos.

“Lo que vamos a poner en marcha de inmediato es la licitación para la construcción de la nueva terminal para vuelos internacionales, que estará ubicada a continuación del actual edificio. Un edificio completamente nuevo y moderno, con tres niveles como para tener mangas de acceso a los aviones”, adelantó el gobernador, quien estimó un plazo de trabajos de dos años a partir de su adjudicación.

“Esperamos contar con algún apoyo nacional para financiar las obras pero más allá de esto, sentimos la necesidad de impulsarlas rápidamente porque hacen a la nueva realidad que va a tener el aeropuerto a partir de julio, con más vuelos internacionales y más conexiones de cabotaje”, destacó.

El plan consta de diversas obras que incluyen mejoras en los accesos al aeropuerto, como conexión con las autopistas a Córdoba y Santa Fe; optimización del espacio operativo con mejoramiento y ampliación de la pista de rodaje y reubicación de hangares y otros servicios, y fundamentalmente la edificación de la nueva terminal de pasajeros internacional, que además servirá como ingreso único a la terminal aérea. El edificio actual del aeropuerto estará conectado con la nueva terminal y será reacondicionado como espacio de embarque de vuelos de cabotaje. El monto total estimado de los trabajos es de 450 millones de pesos.

La presentación del plan se llevó este lunes en la sala de embarque internacional del aeropuerto, en el barrio de Fisherton, y contó con la presencia de la intendenta de Rosario, Mónica Fein; y los ministros de Infraestructura, José Garibay, y de Obras Públicas, Julio Schneider; el director de la terminal aérea, Raúl Garo; y la secretaria de Arquitectura de la provincia, Silvana Codina.

“SÍMBOLO” DE LA CIUDAD
El gobernador Lifschitz dijo en su mensaje que el aeropuerto “Islas Malvinas” es “un símbolo de Rosario”, además de ser “un proyecto estratégico” de la ciudad. “Este es un proyecto de futuro, que convertirá al de Rosario en uno de los aeropuertos más lindos, modernos y funcionales del interior del país. Es un proyecto viable y no tenemos que pedirle permiso a nadie, aunque lógicamente le vamos a solicitar al gobierno nacional que nos acompañe con algunos recursos para las obras de la nueva terminal y también para los trabajos que sean necesarios en la pista, porque hay un fondo que se constituye con los aportes de todos los pasajeros de todos los aeropuertos del país destinado para obras de todos los aeropuertos argentinos, incluidos los que no están privatizados”, dijo Lifschitz.

El mandatario santafesino dijo también que “esta obra hace al futuro de la ciudad, a un nuevo tiempo de Rosario, una ciudad mucho más conectada al mundo e integrada al resto del país”. Y añadió: “Tenemos que volver a poner a Rosario y a Santa Fe en el lugar del futuro, de la modernidad, en el lugar del siglo XXI que queremos para todo el país”.

“Nuestro compromiso de seguir apostando a la transformación, a las obras y a las cosas que han puesto siempre a esta ciudad y a esta provincia en un lugar de privilegio, y seguir apostando a defender el federalismo y la autonomía, porque este país va a ser un gran país cuando se reconozca el derecho de las provincias a ser protagonistas de la vida nacional y poder construir el futuro junto a su gente”, dijo.

Y finalizó: “Por delante tenemos cuatro años clave, es una gran oportunidad si la sabemos aprovechar porque el tren del futuro pasa rápido y hay que subirse a tiempo, pero hay que saber a qué tren nos subimos, y nosotros queremos subirnos al tren del desarrollo sustentable, al del progreso con inclusión social, al de un futuro con modernidad pero que también reconozca nuestra historia, nuestras tradiciones y nuestra cultura”.

Previamente, Garo hizo un repaso del movimiento de pasajeros en el aeropuerto en los últimos dos años. En 2014, informó, pasaron por la estación aérea 238 mil pasajeros; en 2015, 378 mil, y de enero a marzo de este año, 170 mil, lo que significa una proyección anual para 2016 de 450 mil pasajeros. “Esta realidad próxima nos llama al desafío de resolver un tema de espacio, es decir, el aeropuerto nos está quedando chico”, aseveró.

El funcionario se refirió también a las obras programadas a fin de mejorar los accesos a la estación aérea, es decir, trazados de nuevas vías para comunicar el aeropuerto a la autopista Rosario-Córdoba, al puente Rosario – Victoria, a la ruta 34 y a la estación de trenes de Rosario Norte, por ejemplo.

También mencionó obras en la aeroestación, por ejemplo la calle rodamiento paralelo a pista y la ampliación de la plataforma industrial y de la zona de vuelos privados.

Garo explicó además que si bien “la pista fue readecuada en los últimos años, la calle de rodaje Alfa no tiene la adecuación correspondiente y por lo tanto hay que intervenirla próximamente” y también se refirió a la ampliación de la plataforma a raíz de la incorporación de vuelos internacionales en el aeropuerto.

Posteriormente, Codina brindó los detalles del proyecto de la nueva terminal aerea que se construirá a continuación de la actual, que contará con tres niveles, y servirá de acceso y check-in no sólo para internacionales sino también para cabotaje. Habrá servicios y espacios públicos y posibilitará la instalación de mangas para acceso a los aviones de vuelos internacionales.

DETALLE DE OBRA
El proyecto contempla la construcción de una nueva terminal de vuelos internacionales, asumiendo los requerimientos y prestaciones que debe brindar una terminal aeroportuaria contemporánea como así también la vocación de trascendencia que un edificio de este tipo debe transmitir a través de su imagen.

Tomando en cuenta los nuevos estándares de seguridad y las actuales demandas programáticas, el nuevo edificio se emplaza contiguo a la terminal actual (futura terminal de vuelos de cabotaje), alineado sobre el parque de acceso, hacia el norte del predio. Bajo una gran cubierta se desarrolla el programa en tres niveles (planta baja y dos pisos, 9500 m2 totales).

El hall principal es un espacio de múltiple altura donde se dispone, frontal al ingreso, el área de check-in tanto para vuelos internacionales como para vuelos de cabotaje de manera unificada. Los sistemas de movimiento vertical, que vinculan con la planta de embarque, se disponen sobre la fachada sur del edificio, al igual que la vinculación con el actual edificio donde se mantendrá el sector cabotaje.

Un bar al paso en planta baja y un restaurante en planta primera son la oferta gastronómica, este último balconea al espacio del hall y está vinculado a la terraza de avistaje de aviones que aprovecha plenamente las visuales a la pista.

El primer piso está destinado además a los trámites previos a la partida (PSA y migraciones) y, la espera de embarque.

El espacio correspondiente a la espera y sus servicios (bar, free shop, sanitarios) se resuelve sobre el lado oeste. La organización del programa permite obtener un espacio en doble altura con la magnitud necesaria para una experiencia visual plena hacia la plataforma para la contemplación del movimiento de los aviones. Un sistema de mangas resuelve la vinculación entre este área de espera y el embarque a los aviones. Este espacio es, a su vez, atravesado en dos puntos por los puentes de arribo que se conectan a las mangas.

Un bloque central divide el espacio de trámites y de espera en el sentido longitudinal resolviendo los servicios complementarios y estructurando el sistema de distribución de las diferentes instalaciones.

El arribo de pasajeros desde los aviones y el área de migraciones se resuelven en el segundo piso al que se accede desde el sistema de mangas múltiples y puentes fijos. Desde este espacio, en el extremo norte del edificio, un sistema de escaleras mecánicas transporta a los pasajeros hasta la planta baja donde se alojan los espacios destinados a retiro de equipaje, control de aduanas y hall de arribos.

La disposición de los espacios posibilita que el movimiento de pasajeros y las esperas en el interior del edificio se transforme en una experiencia óptima en términos funcionales y a su vez agradable y plena por las relaciones visuales propuestas hacia el exterior.

A lo largo de la fachada este se desarrolla una marquesina continua y generosa en su ancho que une hall de arribos en el extremo norte del edificio con el hall principal de ingreso y la terminal de cabotaje, alojada en el edificio existente. Dicha marquesina facilita la vinculación con los medios de transporte públicos y particulares, a lo largo de todo el edificio haciendo más adecuada la espera y el transbordo. Amplias zonas semicubiertas cobijan zonas de equipaje y logística.

El crecimiento futuro del edificio está pensado como una extensión hacia el norte mediante un sistema de corredores-espera que vinculen las distintas mangas.

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