Durante su pasantía en el Cudaio, los voluntarios contribuyeron en las actividades de promoción y difusión de la donación de órganos y tejidos, realizaron un archivo fotográfico del Centro Regional de Hemoterapia, y diseñaron y desarrollaron una exhaustiva encuesta sobre conocimientos y conductas de la población adulta en torno a la donación de sangre.
LA EXPERIENCIA
El subdirector del Cudaio en Rosario, Silvio Pulcinelli, expresó que si bien en el organismo están “acostumbrados a trabajar con voluntarios, y muchas de nuestras iniciativas de promoción se basan en un fuerte compromiso de la comunidad, esta experiencia con los extranjeros tuvo una riqueza particular”.
Pulcinelli indicó que la participación de los tres jóvenes “fue prolongada y abordó temáticas que requirieron mayor seguimiento y profundidad”, y subrayó que realizaron la pasantía “con muchas ganas y talento”.
LOS VOLUNTARIOS
Se trata de Micaela Trujillo y Leonela Cabrera, ambas ecuatorianas, y Diego Acedo de Brasil, quienes llegaron a la sede del Cudaio Rosario gracias al programa de intercambios internacionales de la organización global Aiesec. Las jóvenes de Ecuador son estudiantes de ingeniería comercial, en Quito, y el voluntario brasilero es especialista en marketing.
En relación a su experiencia, Diego expresó que le interesó “la idea de trabajar en el área de la salud porque es un tema importante y necesario en cualquier parte del mundo” e indicó que en el Cudaio tuvieron libertad “para proponer ideas y tareas”.
“Me encontré con un gran equipo de trabajo, que cuenta con un sistema de manejo actualizado en lo que refiere a lo técnico y a la comunicación; también vi un gran compromiso en los profesionales que conocí”, concluyó el joven de Brasil.
Sobre la temática en general, Leonela expresó que “no conocía sobre la donación” y “no esperaba una organización tan magnífica, con tanto conocimiento para realizar ese impresionante trabajo”.
La ecuatoriana también indicó que su experiencia en el Cudaio cambió su “forma de pensar la donación y los trasplantes, pues las personas nos necesitamos unas a otras y en Argentina es tan fácil ayudar solo con expresar la voluntad”.
Por su parte, Micaela dijo haber conocido con una institución con “un fin muy grande” donde encontró que “cada persona tiene a su cargo actividades de suma importancia”, aunque “la mayoría no se perciben a simple vista, durante el proceso de trasplante están ahí y son vitales para llevar a cabo algo tan importante como dar vida”.
