Justicia y Seguridad / Lucha contra la trata de personas /

¿Qué es la Trata de Personas?

La trata de personas es el ofrecimiento, la captación, el traslado, la recepción o acogida de personas con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional, como desde o hacia otros países.

El ofrecimiento ocurre cuando un sujeto le propone a otro la entrega de una persona para que sea explotada según los fines de la ley. La acción es el simple ofrecimiento, aún cuando el mismo sea rechazado. En ocasiones pueden ser los progenitores o tutores quienes entregan a personas menores de edad, como también parejas, personas del entorno familiar o del círculo de conocidos, en el caso de personas adultas.

La captación implica ganar la voluntad, atraer, seducir, entusiasmar, reclutar a quien va a resultar víctima de este delito. Se realiza en el lugar de origen, a través de ofertas laborales, posibilidades de migrar, facilidades económicas o diversas promesas que generan expectativa. Es importante destacar que en la mayoría de los casos, el captor o reclutador pertenece al mismo entorno social de la víctima, lo que genera en ella la confianza necesaria para aceptar la oferta.

El traslado supone el desplazamiento de las víctimas, impulsado por los tratantes, desde el lugar de origen al lugar de destino, con fines de explotación. Consiste en generar las condiciones para garantizar el traslado, sea facilitando, acompañando o realizando el traslado (puede incluir desde el pago de pasajes, la compra directa por parte de los tratantes, el traslado en vehículos propios, facilitación del contacto con terceros para el traslado, instrucción de las víctimas para su llegada a destino, etc.). Cabe señalar que generalmente las víctimas viajan acompañadas por un miembro de la organización, quien se asegura de que lleguen a destino –cuando viajan engañadas por un falso aviso de empleo, suelen desplazarse solas–.

La recepción y acogida implica mantener a la persona privada de libertad en cualquier etapa del proceso con el propósito de asegurar su disponibilidad, tal y como si fuere una mercancía. Para ello, los tratantes utilizan diversas técnicas de coacción: privación o restricción de la libertad, control del contacto con familiares y otras personas, malos tratos físicos y psicológicos, retención de la documentación, suministro de drogas y alcohol, entre otras.

El consentimiento de la víctima no exime de responsabilidad

La ley establece que el consentimiento dado por la víctima de la trata y explotación de personas NO constituirá en ningún caso causal de eximición de responsabilidad penal, civil o administrativa de los autores, partícipes, cooperadores o instigadores.